JOSÉ EL SAPO AZUL
Una tarde de verano, yo José, el sapo azul del bosque, estaba leyendo mi libro favorito bajo un árbol cuando me quede dormido.
Rato después una niña se acercó hacia mí con un reloj de su tamaño. Ella me toco varias veces sin efecto, hasta que tomo mi libro y me pego a él fuertemente.
Ya despierto, la niña como pidiendo disculpas me tomo entre sus manos y me besó.
Luego me metió dentro de su canasta junto al reloj. Me sorprendí al ver comida dentro, que olía muy bien. Estuve allí por un rato hasta que llegamos a un lugar, un lugar extraño. Esta niña toco la puerta de una casa. Cuando entramos, descubrimos a un lobo en una cama, raro porque ella buscaba a su abuelita. Dentro de la casa había olor a pegamento de dentadura, a comida y a enfermedad, ya que la abuela se encontraba enferma.
La niña le pregunto a su “abuelita” porque tenía tan grandes orejas, boca, nariz y en ese preciso momento se escuchó un grito de, “¡¡¡Socorro!!!”. El lobo le pedía la comida, pero la niña no aceptó, ya que estaba segura de que esos gritos eran de su abuela. Buscó y buscó por toda la casa, pero yo salté de la canasta y fui en busca de ayuda. Cuando regrese traje conmigo a un elegante cazador. El lobo al verlo se escabulló entre las sabanas hacia la salida. La niña había encontrado a su abuela que supuestamente estaba dentro del armario. El cazador salió a atrapar al lobo por la ventana, y no regresó. Escuche decir a la abuela…
-Gracias Jessica, querida mía- Entonces la niña, la llamaré por su nombre, Jessica, le entrego la canasta a su abuela y nos fuimos.
Jessica me dio las gracias y nuevamente, me besó.
Ahora nos dirigimos hasta un lugar tan hermoso, que me lloraban los ojos. Era un gigantesco castillo, con ponis voladores, con el pasto verde, flores, diamantes, y muchas cosas más, que eran extrañas para mí. Nos introducimos en él. Mi sueño se iba a hacer realidad. Cuando de pronto, se sintió un rugido estruendoso, yo me estremecí al igual que Jessica. Cuando cruzamos hacia el otro lado, todas las princesas, ponis, y lo que fuera, le servían a un dragón gigante. Yo me asusté, pero Jessica se ve que no. Ella se acercó al dragón y le entrego comida. Recién así entendí lo que pasaba.
Cuando salimos de allí, me volvió a besar, pero esta vez… Me convertí en un gran y hermoso príncipe. Me miraba a mí mismo sorprendido, sin saber lo que pasaba, luego la mire a Jessica que tampoco entendía mucho lo que pasaba. Estábamos felices. No entiendo cómo, pero volvimos a entrar al castillo, y ya no había nadie, ni el dragón ni los ponis, ni la gente. Jessica empezó a bailar como una gran princesa. Me preguntó mi nombre y yo le contesté,
-Mi nombre es José-
Jessica me tomo de la mano y nos dirigimos hacia su casa en un hermoso caballo blanco que había aparecido ante nosotros mágicamente. Nos subimos a él y emprendimos nuestro camino.
Cuando llegamos su casa, no era “su” casa. Era un castillo con ponis y caballos, pastos verdes y flores, justamente como el anterior. Cuando entramos su madre y su padre estaban vestidos como nosotros y nos explicaron que habíamos roto un supuesto hechizo.
Jessica me presentó, como su novio, porque habíamos pasado muchos momentos hermosos y yo estaba de acuerdo.
El hechizo consistía en besar al sapo azul del bosque tres veces, y así derrotar al dragón, y convertirse en príncipe.
Al final nos casamos, después de unos años y descubrimos que los padres de Jessica nos habían escondido el hechizo…
Y VIVIMOS FELICES PARA… SIEMPRE…
UFFF ME ESTABA OLVIDANDO… Y COMIMOS PERDICES…
AHORA SI!!!…
FIN
…
ALFONSINA PESTUGGIA TALANO Y MILAGROS SALIM TALLEI
6TO GRADO «B»
DIARIO DIGITAL COLEGIO LA MERCED