El Teatro Municipal, verdadero patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad, fue inaugurado el 9 de septiembre de 1909 durante la intendencia de Rubén Agüero.
Cuatro años antes, el 16 de abril de 1905, el flamante intendente Carlos J. Rodríguez colocó la piedra fundamental de la Sala Mayor de la ciudad, dándole forma a las gestiones ya iniciadas en 1904.
La idea de construir un teatro fue favorecida por la intervención de dos filántropos riocuartenses, quienes hicieron sus donaciones con tal propósito. Elías Moyano cedió el terreno y Mariano Nicomendes Argüello otorgó al municipio un préstamo de 50 mil pesos para la edificación.
En 1905, Mariano N. Argüello decidió convertir el préstamo en donación y tres años más tarde falleció, a doce meses de la inauguración del Teatro que ayudó a construir.
El arquitecto genovés Juan Bautista Arnaldi fue el proyectista encargado de diseñar la primera sala de teatro de la ciudad.
Las especificaciones técnicas establecían que los ladrillos serían de los comunes y de primera calidad; las arenas del río y la cal de Córdoba, en cascotes; las puertas del frente llevarían umbrales de mármol; el piso del vestíbulo sería de mosaico del país y la construcción del escenario, a portalones de una pulgada y cuarto de pulgada, de pino blanco, colocados sobre los armazones correspondientes.
El Teatro fue construido por la Empresa de José y Guillermo Partelli y Juan Marchesi.
Un teatro “a la italiana”
El diseño original del Teatro presentaba, tanto en fachada como en los interiores, las características típicas del teatro clásico a la italiana.
La sala comprendía tres niveles, la platea con 254 butacas y nueve palcos bajos por lado. La tertulia con gradas y siete palcos altos por margen, más el paraíso. La platea quedaba convertida en una gran sala de bailes, mediante la acción de un sistema mecánico que anulaba la típica inclinación del piso.
Tanto el telón de boca original, como la araña central de la sala fueron traídos especialmente desde Milán.
La primera compañía teatral
La compañía italiana dirigida por el reconocido actor Ermete Novelli fue la encargada de la inauguración del Teatro, con la comedia “Papá Lebonard”, de Aicard; la tragedia “Hamlet” de W. Shakespeare y el drama “La Morte Civile”, de P. Giacometti.
Tras prolongados períodos de inactividad, y habiéndose incorporado a las actividades de la sala las proyecciones cinematográficas, en 1920, el Teatro reabrió sus puertas luego de algunas reparaciones.
En 1921 el Concejo Deliberante concedió la explotación del coliseo a una empresa privada perteneciente a José Marinosci y Alessio Ianaccone.
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