En 1936 hizo ,su aparición Luis César Amadori. Hombre relacionado con el espectáculo desde su adolescencia, estaba a cargo de la programación del teatro Maipú cuando fue tentado por Mentasti para que trasladara su buen gusto para edulcorar el trabajo de las figuras del espectáculo que estaban bajo contrato con él (Pepe Arias, Sofía Bozán y otros) en el rumbo del cine.
No le costó mucho a Amadori y, en 1936, dio pruebas felices con «Puerto Nuevo» , realización que compartió con Mario Soffici. «Fue un caso muy especial -declaró Soffici, porque Amadori no había hecho ninguna película en tanto que yo ya había hecho dos o tres; entonces claro, era muy diferente el punto de vista. Amadori se recostó un poco en la experiencia que yo tenía en el cine. Virtualmente, no se puede hablar de dirección compartida. Dirección ‘compartida’ existe cuando en realidad hay dos posiciones más o menos iguales, pero en el caso de Amadori no, porque recién empezaba».
Envidiables condiciones artísticas de Amadori -expresadas inmediatamente en sus obras siguientes: «El pobre Pérez», 1937; «Maestro Levita», 1938; «E1 canillita y la dama», 1938; «Madreselva», 1938; «Palabra de honor», 1939; «Caminito de gloria» ,1939; «El haragán de la familia», 1940; «Hay que educar a Niní, 1940— fueron las de conseguir relatos fluidos e ingeniosos, comedidas sentimentales y enredos de personajes con laberintos cómico-dramáticos de mañosa resolución.
Finalmente eligió para sus argumentos personajes de otra esfera social. Entonces todo fue más fácil para el director y para sus criaturas: solo les bastaba inclinar un poco la cabeza hacia los de abajo y decidir.
Agustina Posmon
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