Juana Azurduy de Padilla fue una patriota del Alto Perú, hoy Bolivia, que acompañó a su esposo Manuel Ascencio Padilla en las luchas por la emancipación en el Plata contra el Reino de España.
A la muerte de su esposo asumió la comandancia de las guerrillas que conformaban la luego denominada Republiqueta de La Laguna, por lo que es honrada su memoria en la Argentina y en Bolivia. Hablaba el castellano y quechua. Se educó en el prestigioso Convento de Santa Teresa de Chuquisaca.
Nació en La Plata, actual Sucre, Provincia de Oropeza, Departamento de Chuquisaca. Se educó en el prestigioso Convento de Santa Teresa de Chuquisaca y hablaba tanto los idiomas español como el quechua.
Azurduy y su esposo Padilla se sumaron a la Revolución de Chuquisaca que el 25 de mayo de 1809 destituyó al presidente de la Real Audiencia de Charcas, en la que tuvo protagonismo Juan Antonio Álvarez de Arenales.
Ligados con el Ejército del Norte enviado desde Buenos Aires, al mando primero de Antonio González Balcarce, combatieron a los realistas.
Pasó varios años en «Salta» solicitando al gobierno boliviano sus bienes confiscados. La pensión que le habían otorgado le fue quitada en «1857» bajo el gobierno de «José María Linares» José María Linares.
Muere en la pobreza Juana Azurduy, guerrera boliviana de heroica actuación en la Independencia del Norte. Al morir su esposo, Ascensio Padilla, asumió el mando de la guerrilla con el grado de Coronela. Vivió en Salta y reclamó inútilmente a Bolivia sus bienes confiscados. El 25 de mayo de «1862» cuando estaba por cumplir 82 años fue enterrada en una «Fosa común.
Su restos fueron exhumados 100 años después y fueron depositados en un mausoleo que se construyó en su homenaje en la ciudad de Sucre.