MARÍA: «LA VIDA EN LA CIUDAD»
María trabajaba en la cada de Don Nicolás y Doña Rosa. Se levantaba a las 5 de la mañana todos los días. Tendía su cama o mejor dicho un amontonamiento de paja. Guardaba su camisón en un estante, junto con los cajones de madera, todos despintados. Su cuarto estaba en el fondo de la casa, junto al patio. Era el lugar que más le gustaba. Estaba lleno de flores rosas, las favoritas de la señora. Estaba todo impecable, ni un poco de tierra fuera de las macetas. Ese lugar estaba así por la negra Felisa, otra de las esclavas de la casa, que regaba las plantas cada día.Volviendo al tema. María iba a la cocina a calentar agua. Como no había más, despertó a Domboa, su hijo y lo mando a que busque el agua. Domboa estaba dormido y en vez de buscar el agua del aljibe, salió a la calle y le compró leche al lechero que le decía:
-Es raro, m’hijo,porque ayer su madre me compro 5 baldes de los grandes. Deben de tener muchas visitas pa’ querer esa cantidad.
-Sì,no sé-respondió Domboa y entró los baldes con leche.
Cuando entró ,María gritó asustada y enojada a la vez:
-¡Pero…! Yo le pedí agua ¿Donde tiene la cabeza hijo?.
Marìa le pegó unos chinelazos en la cola. ¡Por dormilon y por despilfarrar el dinero de los señores! -Le dijo. Mandó a Domboa a buscar carne a 10 cuadras y más relajada fue a buscar ella misma. Hizo unos desayunos de chocolate caliente y café para los señores y un poco de mate para Marcos, Felisa y Rosario, otros de los negros. A las 7 se despertaron los señores, terminaron sus desayunos y Don Nicolás se fue a ver como iba el gobierno al cabildo. Por su lado, Doña Rosa se dedicó a coser y bordar toda la tarde. A las 12, María se fue a misa a acompañar a la señora, porque los chicos se habían ido al río y estaban disfrutando «a lo grande». A la 1 volvió y Doña Rosa se sentó a comer un poco de carne en el comedor principal, mientras los negros comían pan con leche. A la tarde, María se dedicó a hacer arróz con leche y mazamorra porque esa tarde se conmemoraba el día que se formo «El grupo negro», una celebración de los esclavos. Además, compró varias copitas de licor porque a la noche había una reunión con varios señores importantes (Manuel belgrano, Juan José Paso y Mariano Moreno). Se quedaron hasta las 12 de la noche y a esa hora se fueron todos a dormir. Antes de acostarse Doña Rosa le golpeó la puerta a Marìa y le dijo:
-Sos una empleada fiel y respetuosa y por ello queremos darte la pieza que era de Mario (el hijo de la familia quien había muerto durante una guerra). Era grande: tenia muebles, espejos y camas muy grandes. Al acostarse cerró los ojos orgullosa. Esa pieza era todo un honor.
Autores: Francisco Asensi y Agustina Chiaramello
6to Grado «B»
Áreas: Lengua y Computación