“Un Hombre Raro”

“Un Hombre Raro”

 

Un día cuando unos niños salieron del colegio fueron a la casa de uno de sus compañeros: Valentín el travieso. Ese niño le llamaban travieso porque solía meterse en las casas ajenas: una vez se había metido en la casa de un hombre y le había roto todas sus pertenencias cuándo el hombre (dueño de la casa destruida), escuchó los ruidos desde arriba en el 2º piso bajó las escaleras y vio todas las cosas de la casa rotas, miró a la derecha y vio a Valentín el niño emprometido/travieso.El hombre va una forma de decirle era un joven de unos aproximadamente 19 años de edad que ya vivía sólo sus padres habían muerto por un asesino raro el los había descuartizado y a la madre la había degollado , al padre lo había decapitado y el estaba escondido mientras el hombre raro (asesino) mataba a sus padres, el niño tenía 9 años nunca le gusto lo que paso pero…. ¡le había visto el rostro, su cuerpo! Y le dijo a la policía: El hombre era RARO, tenía siete brazos, dos cabezas y tres piernas -¡Era Feo!- exclamó el chico.

Con Valentín pasó el tiempo y se hicieron amigos a pesar de lo que había hecho Valentín en su casa

-¡Eres muy bueno a pesar de lo que hice hace tiempo en tu hogar!- exclamó Valentín y como fue se hicieron amigos un día el chico de diecinueve años invitó a dormir a su casa a Valentín.

El chico registró la billetera de Valentín y vio una imagen de su padre.

Recordó al asesino y se fijó la imagen –¡Es él es el asesino!- exclamo Juan el chico de diecinueve años, -¡Un día, quizá mañana vengaré a mis padres!-.Al otro día Valentín el niño travieso invitó a Juan a dormir a su casa: Juan exclamo ¡Con mucho gusto iré y asesinaré a tus padres!- y Valentín sin entender lo que había dicho le pregunto que dijo y el dijo-nada nada vamos a tu casa–¿A que hora llegan tus padres?- preguntó Juan el le dijo que su madre era ama de casa y que estaba ahí y su padre que llegaba a las 10:00 horas y se hiba a dormir a las 11:00 horas.

Juan le pregunto a Valentín-¿te quieres quedar a comer aquí?-Juan dijo –Con mucho gusto- Juan respondió a las 11:10 vamos a tu casa así agarro a tu padre dormido y lo descuartizo le corto sus siete brazos sus tres piernas , sus dos cabezas y por ultimo lo corto en pedasitos y a tu mama no creo que le haga algo- ¡Pero de nuevo! ¡Juan se quedó sin entender lo que dijo.!. Comieron y después cuando llegaron a su casa se higienizaron y se echaron en sus camas .

Cuando Juan escucho que todos estaban dormidos por sus ronquidos dijo –Manos a la obra ¡a matar! Por venganza-

El bajo del 2º piso agarro 2 cuchillos y una soga, era para atar a la madre de Valentín  y los cuchillos por si el padre le sacaba un cuchillo tenía el otro. Estuvo parado unos 4 minutos en la cocina pensando: ¿Los mato? Si, No, Si, No bueno esta bien… ¡Los Mato! Subió entro al cuarto de los padres ató a la madre sin que se daba cuenta miren a la dormilona tenía mucho sueño que ni se dio cuenta, al padre le corto primero los brazos para que no le haga nada le corto un brazo, se despertó y cuando se levanto se escondió y cuando se paró saltó y le corto una de sus cabezas luego las tres piernas y después los otros seis brazos que le quedaban y lo degolló, lo unicó que quedó del padre fue su estomago.

   Las otras partes al otro dia fue a su casa(a la casa que destruyó Valentín) y los asó. Invitó a Valentín a comer a su casa y  Valentín acepto el no sabia que estaba comiendo a su padre cuando se dio cuenta disimuló y agarro el cuchillo se lo clavo en el corazón y después el se vengó, lo corto como el a su padre luego hizo comida para la escuela con el cuerpo de Juan el vengador le llamaban “Justicia siega” por vengar y después pecar. 4 días después Valentín vio a su madre y la desato, le dijo que ¿hiciste Valentín? Valentín dijo: “Vengue a papa” Maté al Justicia Siega (Apodo)

 

Y de ahí Valentín ahora tiene 47 años, 4 hijos, y quedó viudo por matar a su esposa también la descuartizo la degolló y la aso como Juan.

 

Y se murieron todos 10 años después por tirar un bombazo con una bazuca de parte de “El Traviesote”

 

 

Y colorin el color de la sangre que volo del asesino que a muerto

 

Finnnnnn___

 

Autor: Simón Viglione
hulk[1]

Unos vecinos muy especiales

Unos vecinos muy especiales

 

Cierto día en un barrio de esta ciudad un grupo de amigos jugaban tranquilos, en el campito baldío de la esquina de sus casas, cuando vieron llegar un camión cargado de muebles, pues la casa que estaba justo al lado del terreno se había alquilado.

Las personas eran casi como gigantes: altos deformes, todos peludos, era realmente un aspecto aterrador, a no ser por el abuelo que era el único que parecía normal, todos los demás daban miedo con solo mirarlos

Para la mala suerte del grupo esa misma noche llegaron los nuevos vecinos,  en un auto viejo, todo destartalado, color azul con manchas blancas.

Los niños veían como entre carcajadas bajaban todas las cosas. La mujer, que era la que tenía mas cara de mala, miraba a los niños, que los observaban desde lejos, con cara de pocos amigos.

Los pequeños pensaron que eso era realmente el infierno y no se equivocaron; no tardaron en apoderarse de la mala onda y la tristeza del barrio, que hasta ese momento había sido muy alegre con las risas de los niños dando vueltas por sus tranquilas calles.

Los hijos, Cele Franco y Bruno, que así se llamaban, hacían todo cuanto su madre le mandaba, eran demasiado obedientes, nadie sabia realmente como funcionaba esa familia.

 Todos salían muy temprano, el barrio se enteraba porque el auto, por así llamarlo, hacia un ruido fuerte y estrepitoso, largaba humo, tosía y al final arrancaba trasladando a todos vaya a saber a donde.

Un día de domingo el grupo decidió reunirse en el campito, cosa que era habitual en ellos pero que, desde la llegada de los vecinos, ya no ocurría con frecuencia, tenia mucho miedo a que María, como se llamaba la señora, saliera a correrlos y les hiciera cualquier maldad. Estaban jugando muy tranquilos, riéndose, disfrutando del hermoso fin de semana, las bicis, las pelotas, cuanto tiempo hacia que eso no ocurría, era como antes, la alegría los desbordaba, hasta que de pronto un pelotazo se incrustó en la ventana de la cocina cayendo los pedazos de vidrio en la tierra, al mismo tiempo todos salieron corriendo, el silencio nuevamente se apoderó del barrio y de sus calles. Por la noche, al llegar, los vecinos a su casa, se encontraron con el panorama: la ventana sin vidrios; rápidamente y furiosa la mujer salió a la calle a ver si encontraba a algunos de los niños, pero nadie estaba dando vueltas, entonces decidió cruzarse a la casa de enfrente, allí vivía uno de los pequeños, cuando pepito vio a su vecina que estaba en la puerta de su casa lo invadió el miedo, un calor le subía y le bajaba por todo el cuerpo, ahora la veía hablar con su madre pero no sabia bien de lo que estaban hablando, solo veía muecas, al entrar su madre tenia un gesto de enojo, entonces pepito le preguntó: “¿Que pasa mamá? Su madre muy enojada lo reprendió por la actitud cobarde que tuvo al no enfrentar lo que había hecho.

Cierto día, después de mucho tiempo de lo sucedido, el niño se enfermó, obvio que su mamá lo llevó al médico, enseguida le pidieron análisis.

Al otro día muy temprano pepito y su mamá salían para el laboratorio al mismo tiempo que los gigantones, como los llamaban los chicos, salían de su casa, con qué cara de  mala que ella lo miraba, tenia mucho miedo, pero nada pasó, cada uno se fue para su lado.

Ya en el laboratorio pepito se sentó a esperar cuando de pronto la puerta se abrió y escucho que lo llamaban al mirar se encontró con su vecina: era justamente la vecina, si María era la bioquímica, no podía ser, era una pesadilla, pedía a gritos despertar, eso no podía estar ocurriendo, pasó casi al punto de la descompostura, veía cualquier cosa, justamente en ese momento la mujer tomó una jeringa y cuando lo estaba por pinchar le dijo suavemente: “Pepito esto no te va a doler, se que eres un niño muy valiente, cierra tus ojitos”. En menos de un segundo y sin que se diera cuenta todo había pasado. Maria se inclinó hacia el niño con voz dulce trato de decir mas o menos estas palabras: “Sé que nos tiene miedo por nuestro aspecto pero somos tan humanos y normales como ustedes, cuando algo les ocurra háganse  cargo de sus acciones y nada les va a pasar, nunca juzguen a las personas por su aspecto.

A partir de ese momento los niños volvieron a jugar, en especial pepito que comprendió muy bien la lección: no juzgar a las personas sin conocerlas.                         

 Fin

Autor: Leonel Dagatti

Untitled4[1]

Historia de una primavera helada

 Historia de una primavera helada

 

Hace mucho tiempo, casi ya no recuerdo el lugar, pero no me olvido de sus olores a flores cuando comenzaba a despuntar la primavera, de los ruidos de las fabricas, el silbato del tren al pasar, todo eso sigue presente en mi mente, tan presente como si fuera ahora que está ocurriendo, fue aquí en donde nació, justamente para esta estación mi vecinita, Miqui.

El día que anunciaron su llegada fue todo un acontecimiento en el barrio, por fin había llegado y como su familia estaba en una excelente posición económica, los regalos y demás no tardaron en llegar, sin embargo ese mismo día, tan cercano de la primavera, nevó era tan extraño, nadie podía creerlo, siempre pensé que eso le anunciaba a Miqui la vida que le esperaba.

Cuando salen del sanatorio, la beba y su mamá, fueron directo a la casa de la abuela, de la cual yo era vecino; Trepado en un banquito no dejaba de observar, ni por un instante todos los movimientos de la familia; Para mi asombro al llegar la noche vi partir el matrimonio pero sin su hija: No podía sacarme la imagen de la cabeza, con mis cortos cuatro años pensaba lo peor, esa noche no pude dormir, miles de ideas macabras perturbaban  mi mente.

 Las preguntas iban y venían en mi mentecita de niño, estaba aterrado.

Al día siguiente me levante muy temprano y corrí hacia la ventana a ver si podía encontrar alguna repuesta, pero para mi asombro, entre medio de la nieve, observé la figura de los nuevos padres que entraban en la casona del frente, la mujer me vio en la ventana y me saludó amablemente.

Cuando mamá advirtió mi presencia en la ventana, ya era demasiado tarde, un estruendoso timbrazo nos sobresaltó; de pronto escuché a mamá que decía: Leonardo dice si quieres ir a conocer a Miqui; Mi corazón latía muy fuerte la niña estaba viva, por fin todos los fantasmas de la noche anterior habían desaparecido. Asentí con la cabeza en un gesto afirmativo.

Al ratito estaba cruzando la calle e ingresando en la casa más triste del barrio, siempre me había parecido tan fría, tan oscura, casi igual como eran sus habitantes; al entrar encontré un gran ambiente, muy cómoda de colores vivos, lo seguía una amplia cocina, esta era toda de color celeste pastel, con cerámicos floreados, pensé en un momento que estaba en otro lado, que no era la casa triste que todos temíamos, haciendo un pequeño codito encontramos una amplia habitación, en ella había una cama una cómoda una mesita de luz, un gran cortinado blanco cubría la ventana, por último un canasto grande todo lleno de tules blancos con moños; para que pudiera ver la señora me alzó y con un tono muy amable me dijo al oído: “Esta es Miqui, esta dormida, viste que pequeña que es?”. No podía salir de mi asombro era más bonita de lo que me imaginaba, su cara redondita, sus ojitos y manitos tan chiquitas, debo reconocer que me daba impresión.

Sin darme cuenta ya estaba de regreso en mi casa; todo eso había perturbado mi vida, algo en mí era distinto, no sabía que, entonces sentí unas ganas locas de ponerme a llorar, corrí hasta donde estaba mi madre la abrasé muy fuerte, mientras mis lágrimas me mojaban toda mi cara; advirtiendo esto, me tomó en sus brazos y, como presintiendo algo, me dijo: “ No llores amor, ella va a estar bien”.

El tiempo pasaba tan rápido que no me daba cuenta, que dejaran a mi vecinita todas las noches con su abuela y su tía soltera se había hecho costumbre.

Tanto tiempo pasó sin que me diera cuenta, que cuando quise reaccionar me había convertido en el mejor amigo de la pequeña, la diferencia de edad no parecía existir entre nosotros.

Ella estaba cada día más linda pero cada vez más triste, sus días pasaban con una madre que era una visita, y un padre que ni siquiera eso llegaba a ser, por las noches pensaba que habría sido de mí si me hubiera tocado semejante cosa.

Los cumpleaños eran los más aburridos; solo los grandes y yo.

Un día me animé y le pregunté: “Por que estas siempre tan triste? Tienes todo lo que quieres, cuanto se te antoja te lo dan, cual es le motivo?. Ella con un millar de lágrimas en los ojos me respondió: vos tenes una mamá que te abraza, que te tapa por las noches, te da besos y ahorra todo el año para hacerte tu fiesta de cumpleaños, yo no tengo nada de eso, vivo con mi abuela y con mi tía, no les importo, son fríos tan fríos como esta casa

No pude responder a lo que me acababa de contar mi amiga, yo en el fondo sabía, lo había presentido desde un principio que no iba a ser feliz, mi mamá también.

Comprendí entonces que todo el dinero no compraba la felicidad, en mi cabeza no entraba como podía ser alguien infeliz con tanto a su alrededor, pero ella me demostraba en cada mirada el dolor de la indiferencia, de la falta de amor, comprendí en ese instante de mi corta vida que lo más importante, el tesoro más grande de un niño es el amor de sus padres.

 Papá venia siempre de trabajar pero sé sabia acostar en nuestro cuarto, que compartíamos entre tres, a ver un ratito televisión con nosotros. Mamá trabajaba duro todo el año solo para nosotros, por ahí se ponía a cantar o a bailar con alguno de nosotros, o nos llevaba al cine todos en patotas, nos bañaba, nos ponía las ropitas nuevas, nos perfumaba y salíamos, recuerdo que nos sentíamos ricos, felices, en mis ojos siempre hubo tranquilidad, paz, amor.

Unos años mas tarde me entere que iban a vender la casona, la abuela de Miqui había muerto, la iban a llevar lejos de allí, “quizás nunca mas la vuelva a ver”, pensaba. Le pregunte por que vendían la casa y muy triste me respondió que era por problemas familiares, sus padres habían quebrado, tenían que venderla para tener dinero.

La hora de despedirnos llegó tan pronto que no lo podíamos creer.

Hoy estoy acá recordándola, me comentaron que sé había ido a estudiar a otra ciudad, que su mirada nunca cambió, seguía conservando el frío de la nevada del día en el que vino al mundo. Cada vez que llega la primavera y con ella los olores la recuerdo con tanta tristeza, con melancolía, con dolor, me pregunto dónde estará…                                    

Autor: Leonel Dagatti

 Untitled4[1]                                               

Características poblacionales: reflexión

La importancia de conocer las características poblacionales

Es importante conocer las características poblacionales para saber cómo y en qué condiciones de vida viven las personas, para brindarles servicios como el trabajo y también darles una casa si no tienen.
Es importante conocer estas características y muchas otras para saber de que manera actuar en problemas, como el trabajo infantil que provoca que los chicos no terminen sus estudios y no consigan un trabajo con buenos ingresos.
Cuando decimos cuántos somos, también hay que tener en cuenta que hay gente que no es de la zona, que serían los inmigrantes.
Como conclusión, es importante conocer las características poblacionales para mejorar, por ejemplo, la ciudad o la provincia, para construir las casas que hagan falta, brindar servicios, hacer que los chicos transcurran al colegio, mejorar las condiciones de vida, y muchos otros conceptos; pero lo más importante es para saber e informarse sobre las condiciones de vida de la gente.
Por:  paula1